Max Verstappen, al volante de su Oracle Red Bull Racing y armado con su unidad de potencia desarrollada con Honda, volvió a demostrar por qué es uno de los grandes. Tras una vuelta de clasificación perfecta el sábado, que le valió la pole con tan solo una centésima de ventaja sobre Oscar Piastri, el domingo se enfrentó a un reto inesperado: una penalización de cinco segundos que cambió el guion de la carrera. Aun así, supo rehacerse con temple y determinación, cruzando la meta en segunda posición, muy cerca del McLaren.
“Fue una carrera muy prometedora”, afirmaba Verstappen tras bajarse del monoplaza. “La penalización fue desafortunada, pero el ritmo del coche era muy sólido. Me sorprendió lo competitivos que fuimos con el neumático medio y, pese a un poco de subviraje con los duros, logramos recortar terreno. Ha sido un buen fin de semana”.